lunes, 7 de noviembre de 2011




Es costumbre generalizada que antes de cosechar se eliminen las hojas arrojandolas al suelo. Estas hojas son fuente de proteína (5-8%) y secadas sirven para la producción de harinas con un simple molido; esta harina se emplea para los concentrados en la alimentación animal y para la dieta humana en países pobres donde escasean fuentes de proteína barata.





Cultivo con altísima tolerancia al estrés biótico (plagas, enfermedades), por ello más del 80% del hectareaje sembrado no requiere de agroquímicas para su control, la fertilización química en la Costa es de niveles bajos (40-60-20), y en la Selva, generalmente, se fertiliza haciendo uso de las épocas adecuadas de siembra y la realización de las labores culturales oportunas es la mejor manera de manejarlas y producirlas.








Suelos. El cultivo requiere suelos de preferencia sueltos profundos y con algo de materia orgánica. La preparación del suelo debe tener una profundidad de 20 a 30 cm.
Densidad de siembra. Los distanciamientos deben ser entre surcos de 0.90 a 1.10 m, dependiendo de si tiene ramificaciones.
Estacas. Con tamaño promedio de 10-20 cm, yemas hinchadas provenientes de plantas maduras.
Plantación. Plantar las estacas de fórmula oblicua, debajo del suelo entre 3-5 cm en el costillar del surco. Tener cuidado en la dirección de los brotes, éstos deben de apuntar hacia el surco.
Manejo y control de malezas. Los 2-3 primeros meses después de la plantación son críticos, es necesario muchos para su control y se deja de hacer cuando las ramificaciones han formado el "parasol". Cosecha. Hay las variaciones precoces (6-7 meses), las semitardias (8-10 meses) y las tardías (18-24 meses); para la cosecha las plantas deben estar maduras y desojarse, cortar los estocones, después proceder con el arrancado o jalado, en un suelo preferentemente húmedo para producir menor daño a las raíces reservantes.



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